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Blog de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores "La Dolorosa" de Xàtiva (Valencia). Se pretende hacer llegar a los/as interesados7as en aquellas cosas que pasen en nuestra Cofradía y aquellas relacionadas con la Semana Santa Setabense. Informar y recibir opiniones y comentarios de aquellos/as que los consideran de interés para este blog. Si deseas comunicarte con la Cofradía utiliza esta dirección de correo: cofradiadolorosaxativa@gmail.com
miércoles, 17 de abril de 2013
Un año después, nuestro agradecimiento a la Virgen
Gracias a la cofrade Eva Montell aquí tenemos el vídeo del sencillo acto en la procesión del Viernes Santo de agradecimiento a la Virgen tras el accidente ocurrido en ese mismo lugar un año antes. Es, sin duda, uno de los momentos singulares en la historia de nuestra cofradía.
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viernes, 12 de abril de 2013
Crónica de la procesión de Viernes Santo
CRONICA DE LA PROCESIÓN DEL VIERNES SANTO DEL AÑO 2013 DE LA COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES DE XÀTIVA
Xàtiva, a 29 de marzo del año jubilar de gracia de 2013
Con tiempo de claros y nubes y un fuerte viento, a las cinco de la tarde, dispuesta ya la imagen titular de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores en la entrada del templo, dio comienzo el ejercicio del Vía Crucis en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen de la ciudad de Xàtiva, sede de la Cofradía.
El consiliario, Don Juan Antonio Agud Martínez, nombrado este año por el arzobispo de Valencia cómo nuevo párroco de esta iglesia, fue celebrando las estaciones acompañado por cofrades con la Cruz y velas, al son de un tambor de la Cofradía. Los cofrades fueron leyendo los textos y las oraciones y, en la decimotercera estación: “Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de su madre”, el consiliario, tras una pausa, remarcó que esa era la imagen de la Cofradía. Finalizó el Vía Crucis con una oración y recuerdo por todos los cofrades difuntos.
Comenzó entonces a prepararse la imagen para salir hacia la plaça de la Seu, lugar de inicio de la procesión general del Santo Entierro de la Semana Santa Setabense. Ya en el exterior de la iglesia, se colocaron las barras, la Cruz y los faldones del anda y se levantó a hombros la imagen por los portadores para depositarla en el carro de ruedas.
La sección de tamborers comenzó a tocar y la imagen partió hacia la Colegiata. A la altura de la plaça del padre Urios los portadores cogieron la imagen a hombros, se retiró el carro, y Nuestra Señora de los Dolores entró, a paso lento y solemne de tambor, en la plaza de la Seu llena de gente, hasta su puesto en la parte norte de la plaza.
Este año, en lugar de situarse, como de costumbre, en la plaza, al final de la calle que desembocaba en el antiguo convento de los agustinos, sede tradicional de la Cofradía, se situó, enfrente, en la parte izquierda de la fachada de la Colegiata, junto a la casa Abadía, donde arrancan los sillares que hubieran formado, de haberse concluido, la segunda torre de la Basílica. Ello fue debido a la solicitud, por este año, de las cofradías de la Santa Cena y el Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Esperanza que pidieron ocupar el lugar tradicional de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores en la plaza al no poder transitar por la plaça de Santa Tecla y calle Corretgeria, ya que el pavimento adoquinado produce daño a las imágenes, que circulan con ruedas sin suspensión, e iban a acceder a la plaza desde las calles de Sant Agustí y Sant Doménec.
Tras incorporarse a la procesión general, que se inició a las 18 horas, las imágenes de las distintas cofradías y hermandades, en orden cronológico a los sucesos de la Pasión, le tocó el turno, después de la imagen del Cristo de la Palma, a Nuestra Señora de los Dolores.
Abrían el desfile de la Cofradía los dos pendones negros con el escudo oficial y cordón azul, llevados por dos cofrades jóvenes con la vesta. Junto a ellos, la banda de tamboreros ataviados con vestas. Les seguían personas vestidas de particular y tras ellos los cofrades con vesta y los cofrades con vesta y capirote negro.
Anocheciendo, con el viento agitando la toalla blanca sobre la Cruz, un cuidado arreglo floral y la iluminación encendida, la imagen de Nuestra Señora al pie de la Cruz, con su Hijo muerto en el regazo, acompañados de dos ángeles niños, se incorporó, al paso de los tambores de la Cofradía, a la vuelta general.
Vestía la Virgen, reconstruida en 1947 por los escultores Román y Salvador de Valencia, con el rostro y la mano de la imagen original de José Esteve Bonet, el manto de terciopelo negro bordado en hilo de oro realizado en la segunda mitad del siglo XX.
Llevaba la corona, el puñal y los faroles de plata barrocos de la imagen y anda original de 1795. Iba a hombros de veintiocho portadores, siete en cada una de las cuatro barras, ataviados con la vesta de túnica blanca, capa negra, cíngulo azul con siete nudos a la izquierda y escudo oficial con corazón atravesado por siete espadas y rodeado de una corona de espinas. La mayoría de los portadores llevaba el rostro cubierto con un verduguillo negro.
Tras la imagen iban las camareras de la Virgen Dolorosa y, detrás, la Presidenta de la Cofradía, Mª Carmen Martí Leonardo, el consiliario y miembros de la junta directiva. Luego de dejar la Colegiata por su ábside en el lado este, enfilando la calle de San Vicente, de entre el público salió una persona que con gran emoción, delante de la imagen, le cantó una saeta a la Virgen Dolorosa, mientras sus portadores mecían suavemente la imagen de izquierda a derecha.
La imagen avanzó por el recorrido de la vuelta general, con respetuoso silencio, tan sólo roto por el sonido de los tambores y el de la matraca que marcaba las paradas en las que el paso descansaba sobre las muletas portadas por jóvenes cofrades. Giró bien en la plaza de San Pedro, donde se produjeron algunos relevos de portadores. Volvió a girar bien en la plaça de Benlloch, frente al convento de la Consolación y por la calle
de Caldes enfilando la subida por Pintor Rusinyol hacia la calle del Ángel, donde se produjeron otros relevos de portadores. Avanzó majestuosa por la plaça Trinitat, la calle Montcada y la porta y calle de Sant Francesc, hasta llegar, desde la plaça de la Bassa a la de Sant Jaume, donde volvió a girar bien y, sin detenerse, continuó hasta el final de la plaza, tras un nuevo relevo de algunos portadores. A la altura de la plaça del Espanyoleto, quedaron paradas las imágenes de la Santa Cena, el Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Esperanza, al decidir no transitar por el adoquinado de la porta de Santa Tecla y la calle Corretgeria para evitar daños a las imágenes, junto a ellas pasó la imagen de Nuestra Señora de los Dolores.
Xàtiva, a 29 de marzo del año jubilar de gracia de 2013
Con tiempo de claros y nubes y un fuerte viento, a las cinco de la tarde, dispuesta ya la imagen titular de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores en la entrada del templo, dio comienzo el ejercicio del Vía Crucis en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen de la ciudad de Xàtiva, sede de la Cofradía.
El consiliario, Don Juan Antonio Agud Martínez, nombrado este año por el arzobispo de Valencia cómo nuevo párroco de esta iglesia, fue celebrando las estaciones acompañado por cofrades con la Cruz y velas, al son de un tambor de la Cofradía. Los cofrades fueron leyendo los textos y las oraciones y, en la decimotercera estación: “Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de su madre”, el consiliario, tras una pausa, remarcó que esa era la imagen de la Cofradía. Finalizó el Vía Crucis con una oración y recuerdo por todos los cofrades difuntos.
Comenzó entonces a prepararse la imagen para salir hacia la plaça de la Seu, lugar de inicio de la procesión general del Santo Entierro de la Semana Santa Setabense. Ya en el exterior de la iglesia, se colocaron las barras, la Cruz y los faldones del anda y se levantó a hombros la imagen por los portadores para depositarla en el carro de ruedas.
La sección de tamborers comenzó a tocar y la imagen partió hacia la Colegiata. A la altura de la plaça del padre Urios los portadores cogieron la imagen a hombros, se retiró el carro, y Nuestra Señora de los Dolores entró, a paso lento y solemne de tambor, en la plaza de la Seu llena de gente, hasta su puesto en la parte norte de la plaza.
Este año, en lugar de situarse, como de costumbre, en la plaza, al final de la calle que desembocaba en el antiguo convento de los agustinos, sede tradicional de la Cofradía, se situó, enfrente, en la parte izquierda de la fachada de la Colegiata, junto a la casa Abadía, donde arrancan los sillares que hubieran formado, de haberse concluido, la segunda torre de la Basílica. Ello fue debido a la solicitud, por este año, de las cofradías de la Santa Cena y el Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Esperanza que pidieron ocupar el lugar tradicional de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores en la plaza al no poder transitar por la plaça de Santa Tecla y calle Corretgeria, ya que el pavimento adoquinado produce daño a las imágenes, que circulan con ruedas sin suspensión, e iban a acceder a la plaza desde las calles de Sant Agustí y Sant Doménec.
Tras incorporarse a la procesión general, que se inició a las 18 horas, las imágenes de las distintas cofradías y hermandades, en orden cronológico a los sucesos de la Pasión, le tocó el turno, después de la imagen del Cristo de la Palma, a Nuestra Señora de los Dolores.
Abrían el desfile de la Cofradía los dos pendones negros con el escudo oficial y cordón azul, llevados por dos cofrades jóvenes con la vesta. Junto a ellos, la banda de tamboreros ataviados con vestas. Les seguían personas vestidas de particular y tras ellos los cofrades con vesta y los cofrades con vesta y capirote negro.
Anocheciendo, con el viento agitando la toalla blanca sobre la Cruz, un cuidado arreglo floral y la iluminación encendida, la imagen de Nuestra Señora al pie de la Cruz, con su Hijo muerto en el regazo, acompañados de dos ángeles niños, se incorporó, al paso de los tambores de la Cofradía, a la vuelta general.
Vestía la Virgen, reconstruida en 1947 por los escultores Román y Salvador de Valencia, con el rostro y la mano de la imagen original de José Esteve Bonet, el manto de terciopelo negro bordado en hilo de oro realizado en la segunda mitad del siglo XX.
Llevaba la corona, el puñal y los faroles de plata barrocos de la imagen y anda original de 1795. Iba a hombros de veintiocho portadores, siete en cada una de las cuatro barras, ataviados con la vesta de túnica blanca, capa negra, cíngulo azul con siete nudos a la izquierda y escudo oficial con corazón atravesado por siete espadas y rodeado de una corona de espinas. La mayoría de los portadores llevaba el rostro cubierto con un verduguillo negro.
Tras la imagen iban las camareras de la Virgen Dolorosa y, detrás, la Presidenta de la Cofradía, Mª Carmen Martí Leonardo, el consiliario y miembros de la junta directiva. Luego de dejar la Colegiata por su ábside en el lado este, enfilando la calle de San Vicente, de entre el público salió una persona que con gran emoción, delante de la imagen, le cantó una saeta a la Virgen Dolorosa, mientras sus portadores mecían suavemente la imagen de izquierda a derecha.
La imagen avanzó por el recorrido de la vuelta general, con respetuoso silencio, tan sólo roto por el sonido de los tambores y el de la matraca que marcaba las paradas en las que el paso descansaba sobre las muletas portadas por jóvenes cofrades. Giró bien en la plaza de San Pedro, donde se produjeron algunos relevos de portadores. Volvió a girar bien en la plaça de Benlloch, frente al convento de la Consolación y por la calle
de Caldes enfilando la subida por Pintor Rusinyol hacia la calle del Ángel, donde se produjeron otros relevos de portadores. Avanzó majestuosa por la plaça Trinitat, la calle Montcada y la porta y calle de Sant Francesc, hasta llegar, desde la plaça de la Bassa a la de Sant Jaume, donde volvió a girar bien y, sin detenerse, continuó hasta el final de la plaza, tras un nuevo relevo de algunos portadores. A la altura de la plaça del Espanyoleto, quedaron paradas las imágenes de la Santa Cena, el Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Esperanza, al decidir no transitar por el adoquinado de la porta de Santa Tecla y la calle Corretgeria para evitar daños a las imágenes, junto a ellas pasó la imagen de Nuestra Señora de los Dolores.
En la porta de Santa Tecla se produjeron los últimos relevos de portadores y la Virgen Dolorosa avanzó con buen paso y solemnidad por la calle Corretgeria hasta la plaça de la Seu, donde finalizaba la procesión. Allí, a la entrada de la plaza, con la luna llena, en el lugar en el que el año anterior se rompió el soporte de la barra delantera izquierda, llegando casi la imagen a caer al suelo, sin que se produjera ninguna desgracia personal, los portadores, como emotivo homenaje, mecieron a la Madre, suavemente, hacia los lados y hacía adelante y hacia atrás, al paso y al son de los redobles de los tambores de la Cofradía.
Fue aquello un instante mágico, como si los monjes agustinos y los portadores de todas las épocas acudieran, desde la cercana sede tradicional del convento agustino, a coger y soportar las barras como ya hicieran el año anterior para evitar la caída de la Madre y el Hijo, pero esta vez para llevar en volandas a la Virgen Dolorosa en la noche de Viernes Santo. Las personas congregadas en la plaza rompieron a aplaudir.
Después, la imagen continuó a hombros hasta la puerta de la antigua botiga Artigues, ya fuera de la plaça de la Seu. Allí se depositó en el carro para trasladarla, después de un sonoro aplauso de los portadores y los cofrades, a la sede en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen, donde, sobre las 11 y media de la noche, se dejó arreglada en su capilla. Tras ello, los cofrades cenaron en hermandad en los locales de la parroquia.
Y se escribe esta crónica para que quede constancia de estos hechos.
Después, la imagen continuó a hombros hasta la puerta de la antigua botiga Artigues, ya fuera de la plaça de la Seu. Allí se depositó en el carro para trasladarla, después de un sonoro aplauso de los portadores y los cofrades, a la sede en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen, donde, sobre las 11 y media de la noche, se dejó arreglada en su capilla. Tras ello, los cofrades cenaron en hermandad en los locales de la parroquia.
Y se escribe esta crónica para que quede constancia de estos hechos.
Antonio Martín Llinares
Archivero de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores de Xàtiva
Archivero de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores de Xàtiva
miércoles, 10 de abril de 2013
Reunión de directiva y cofrades interesados
Se convoca reunión de directiva y cofrades interesados el próximo lunes, 15 de abril, a las 20h. en la sede. ha sido solicitada por el tesorero para tratar varios asuntos: cierre de ejercicio y arreglo de andas.
miércoles, 3 de abril de 2013
Felicitación por la procesión general
La participación de la cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y su imagen titular en la procesión general del Santo Entierro de Xàtiva este pasado Viernes Santo salió casi perfecta. La imagen entró a hombros de sus portadores en la plaça de la Seu para el inicio de la procesión y se hizo todo el recorrido a hombros de sus cofrades portadores. En palabras de nuestro nuevo consiliario "con una gran majestuosidad".
Por supuesto que hay cosas que mejorar pero el balance, tras el incidente del año pasado, es bastante positivo. Estamos en el buen camino y ello hay que agradecerlo a la respuesta de los cofrades, tamborers, portadores y camareras de la Virgen en un momento difícil para la Cofradía. Sin el concurso y colaboración de todos no hubiera sido posible procesionar a la Virgen Dolorosa con la solemnidad con la que lo hizó, incluyendo el momento mágico del pequeño homenaje a la entrada de la plaça de la Seu donde se rompió el soporte de la barra en 2012 (hay videos grabados de ese momento que vamos a tratar de localizar y difundir)
Mi felicitación por vuestra implicación y esfuerzo y os animo a continuar para el año que viene, y los siguientes, con el objetivo de procesionar a la Madre Dolorosa con la dignidad, la admiración y la devoción con la que siempre lo ha hecho desde el siglo XVIII en la Semana Santa Setabense.
Gracias a todos, enhorabuena y seguimos en contacto.
Toni Martín
Por supuesto que hay cosas que mejorar pero el balance, tras el incidente del año pasado, es bastante positivo. Estamos en el buen camino y ello hay que agradecerlo a la respuesta de los cofrades, tamborers, portadores y camareras de la Virgen en un momento difícil para la Cofradía. Sin el concurso y colaboración de todos no hubiera sido posible procesionar a la Virgen Dolorosa con la solemnidad con la que lo hizó, incluyendo el momento mágico del pequeño homenaje a la entrada de la plaça de la Seu donde se rompió el soporte de la barra en 2012 (hay videos grabados de ese momento que vamos a tratar de localizar y difundir)
Mi felicitación por vuestra implicación y esfuerzo y os animo a continuar para el año que viene, y los siguientes, con el objetivo de procesionar a la Madre Dolorosa con la dignidad, la admiración y la devoción con la que siempre lo ha hecho desde el siglo XVIII en la Semana Santa Setabense.
Gracias a todos, enhorabuena y seguimos en contacto.
Toni Martín