Continua Sarthou: “Qué de recuerdos nos evoca aquella sentida marcha encarnada y fundida en el sentimentalismo de nuestras procesiones cuaresmales. ¡Marcha fúnebre de Bruschetti! ¿Qué tienen sus sentidas armonías que al impresionar nuestro oído conmueven el alma? La han popularizado en Játiva aquellas procesiones de semana santa de gratísima recordación, que todas las primaveras en noches abrileñas saturadas de azahar, presenciábamos su desfile. ¡Marcha fúnebre de Bruschetti! Sublime página musical inspirada por el dolor y el querer, por el arte y la piedad, cuando el músico malogrado llenaba la pauta de notas y de lágrimas, junto al lecho de la mujer moribunda!...Por eso sus voces parecen ayes de dolor, y cada frase musical una plegaria; y cada nota un suspiro…¡Marcha fúnebre de Bruschetti! Cuando al paso de la procesión del viernes santo llegaban sus acordes plañideros al oído, viendo desfilar de noche el santo sepulcro de Jesús, no supimos si melodiaba la pena o el amor, el consuelo, la esperanza…o el perdón”.
Cuenta Carlos Sarthou que también el Jueves Santo por la mañana esa marcha, junto a otra de Villate, acompañaba al antiguo Cristo Yacente de la camilla que en el siglo XIX regaló Fernando de Alarcón a la ciudad de Xàtiva y que fue brutalmente destruida por la bárbara ignorancia en 1936. Aquella marcha fúnebre dejó de sonar en las procesiones de la Semana Santa Setabense a partir de 1935. Sería un lujo y todo un homenaje al filántropo que la compuso, que amaba a esta ciudad y a sus tradiciones seculares volverla a escuchar en las procesiones del siglo XXI.
Antonio Martín Llinares
Cofrade archivero de Nuestra Señora de los Dolores de Xàtiva
Cuenta Carlos Sarthou que también el Jueves Santo por la mañana esa marcha, junto a otra de Villate, acompañaba al antiguo Cristo Yacente de la camilla que en el siglo XIX regaló Fernando de Alarcón a la ciudad de Xàtiva y que fue brutalmente destruida por la bárbara ignorancia en 1936. Aquella marcha fúnebre dejó de sonar en las procesiones de la Semana Santa Setabense a partir de 1935. Sería un lujo y todo un homenaje al filántropo que la compuso, que amaba a esta ciudad y a sus tradiciones seculares volverla a escuchar en las procesiones del siglo XXI.
Antonio Martín Llinares
Cofrade archivero de Nuestra Señora de los Dolores de Xàtiva
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