Virgen María que por el dolor que sentiste al perder a tu hijo tres días buscándolo angustiada, te acompañamos en este dolor y haz que los jóvenes no se pierdan por malos caminos. Ave María.
Cuando al regresar del Templo
perdiste al dulce infante
y la luz de su semblante
tres días se os eclipsó
Madre, que espada tan fiera
vuestro pecho traspasó.
Haced que esta espada, Madre,
también el pecho taladre
del que a Vos os la clavó.
(Foto: Archivo José Luís Borredá, año 2010)
No hay comentarios:
Publicar un comentario