Los nubarrones, con amagos de lluvia y fuertes rachas de viento que se cernían sobre la ciudad de Xàtiva, a partir del mediodía del Viernes Santo, 29 de marzo, no presagiaban nada bueno para la celebración de la procesión general del Santo Entierro de la Semana Santa Setabense.
Convocados por la Cofradía, a las 17 horas, en su sede de la iglesia de la Virgen del Carmen, los portadores y portadores procedieron a los preparativos para la salida de la imagen titular de Nuestra Señora de los Dolores, con incertidumbre, nerviosismo y algo de congoja, cuando hubo de resguardarla, moviéndola unos metros hacia atrás, en la portada del templo, ante una ocasional y débil lluvia, mientras se tenía preparado un plástico protector.
Aunque el pronóstico meteorológico para las horas posteriores era favorable, se esperó a la decisión de la reunión, convocada por la Hermandad de Cofradías de la Semana Santa Setabense, que decidió, en principio, aplazar la salida de la procesión desde la plaça de la Seu, a las 19:30 horas.
Mejorando el tiempo salió la imagen de la Virgen Dolorosa, en anda sobre el carro, precedida por el toque de la banda de tambores de la Cofradía, con sus ilusionados portadores, y llegó sin incidencias a su lugar tradicional en la plaza, frente a la calle que desemboca en el antiguo convento de los agustinos, sede original de la imagen y su cofradía.
A la incertidumbre meteorológica, superada, le siguió la preocupación por el número de portadores, que podía verse perjudicado en su asistencia por la situación de retraso y condiciones meteorológicas, que produjo situaciones inusuales como la salida de la imagen de la Santa Cena, tras la imagen del Cristo de la Columna.
Obró la Madre su voluntad de salir en procesión a hombros este Viernes Santo y salió la imagen, con 27 portadores y portadoras, 7 en tres barras y 6 en la barra delantera derecha, que se fue completando posteriormente hasta alcanzar la cifra de 29 portadores, gracias a jóvenes portadoras que mostraron su deseo de llevar a la Virgen por primera vez. Precedía su desfile la banda de tambores, en perfecta formación y repique en duelo por el Hijo muerto en el regazo de su Madre, al pie de la Cruz. Le seguían los pendones, dos hileras de cofrades con cirios, y tras la imagen, las camareras, el clavario saliente, Ximo Tormo Lorente, la clavaria entrante, Virginia Bataller Alventosa, la Presidenta, Mari Carmen Martí Leonardo.
Transcurrió a buena marcha la procesión, y se realizaron, correcta y dignamente, los giros de la imagen en la plaça de Sant Pere y en la de Benlloch. Costó un poco más el tercer giro frente al convento de la Consolación y se realizaron sin incidencias destacables el giro en la calle Pintor Rusiñol y la subida hasta el giro hacia la calle del Ángel. Procesionó la imagen con gran dignidad, a paso lento, por la noble calle de Montada y. desde la plaça de Sant Francesc, entró en la calle del mismo nombre, en la que la Virgen quiso parar, tal vez como callado homenaje, ante la casa del número 18, hoy triste y cerrada, que la albergó unos días con gran alegría, tras su reconstrucción en el año 1947.
Continuó la Madre por la plaça de la Bassa, hasta la plaça de Sant Jaume, donde giró ante la cruz vecinal de término para contemplar cómo, de manera también inusual, la imagen del traslado del cuerpo de Cristo al Sepulcro “La Camilla” abandonaba en esa plaza el desfile procesional, apagando sus luces, en dirección a la iglesia de los Santos Juanes. El sacerdote adscrito a la Colegiata de Santa María de Xàtiva que les acompañaba acompañó desde este lugar a nuestra Imagen.
El desnivel del pavimento, en la plaça de Santa Tecla, puso a prueba, un año más el esfuerzo de los portadores y portadoras, que superaron el escollo encarando la calle Corretgeria hacia la finalización de la procesión en la plaça de la Seu.
Cumplió la tradición, 229 años después que el genial escultor Esteve Bonet esculpiera su bello rostro actual, la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, de procesionar hasta el final del itinerario, a hombros de sus portadores y portadoras, la imagen de la Virgen Dolorosa, que entró en la plaza, sobre las 22:30 horas, rindiéndole los tambores honores con un repique especial, mientras la Madre se mecía, breve y suavemente, con el aplauso del público presente.
Depositada el anda en su carro, como es costumbre, frente al retablo cerámico barroco de la antigua botica Artigues, presidido por la imagen de la Virgen de la Seo, patrona de la ciudad de Xàtiva, junto a la base del monumental campanario de la Colegiata, se inició el regreso a la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, dónde se depositó la imagen de Nuestra Señora de los Dolores en su capilla y se procedió a cenar en hermandad en los locales de la parroquia.
Siendo las 0:00 horas del día 30 de marzo, Sábado Santo, del año 2024.