Amaneció un día espléndido, el domingo 26 de febrero, en Xàtiva. En la antigua iglesia del convento de los agustinos, la imagen titular de Nuestra Señora de los Dolores fue colocada a la izquierda respecto de lo que fue el antiguo altar, en el lugar en el que estuviera por última vez aquella fatídica mañana del 19 de enero de 1990, cuando se derrumbó el campanario de la iglesia y los cofrades que pudieron entrar en el templo, parcialmente arruinado, la llevaron allí desde su capilla para alejarla en lo posible del peligro. Habían pasado 33 años...
La antigua iglesia, actual auditorio del conservatorio municipal "Luis Milán", fue llenándose de público. Asistió el abad de Xàtiva, D. José Canet, la concejala responsable del conservatorio, Reme Sinisterra, el concejal Eduardo Llopis, y representantes de las cofradías de Xàtiva, junto a la presidenta de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, su junta directiva y numerosos cofrades, cofradesas y camareras.
Tras una emotiva introducción, por dos cofrades, que rememoraron bonitos recuerdos vividos, homenajearon a cofrades que ya no están y explicaron la vinculación histórica, tradicional, familiar y sentimental de la Cofradía Dolorosa de Xàtiva con la antigua iglesia de San Agustín, comenzó el concierto.
En el excepcional marco barroco de la antigua iglesia agustina, asistimos a una interpretación magistral de la Orquesta de la Primitiva Setabense, de música romántica (Symphony nº 8. Dvorak), barroca (Oboe concerto in a minor RV461. Antonio Vivaldi) y toda la emotividad de las marchas procesionales "Mektub", "Tosca", "La Madrugá" y la emblemática "Mater Mea", con la imagen de la Virgen presente, que hicieron evocar aquel Viernes Santo, esplendoroso e ilusionado, en 1948, hace 75 años, en el que la imagen reconstruida, tras la destrucción de 1936, volvió a salir a hombros, junto a un nutrido grupo de cofrades con vesta y capirote, y camareras con mantilla negra, para participar, como hizo siempre desde el siglo XVIII, en la procesión general del Santo Entierro de la Semana Santa Setabense.
Finalizado el concierto, se preparó la Virgen para llevarla a hombros a su sede actual en la parroquia de la Virgen del Carmen de Xàtiva. Con solemnidad, los portadores y portadoras, gracias a la colaboración inestimable de integrantes de otras cofradías hermanas, sacaron la imagen de Nuestra Señora de los Dolores por la puerta barroca de la antigua iglesia del convento agustino y, al paso de los tambores de la Cofradía, se fue alejando lentamente, con emoción -quién sabe hasta cuando-, de la que fue su casa, por la calle de Sant Agustí, Sant Doménec y la plaza de la Seo, donde paró en el lugar en el que durante tantos años, desde la refundación, esperara para incorporarse a la procesión general del Viernes Santo.
La imagen acompañada de sus cofrades, cofradesas, camareras y fieles llegó a la parroquia de la Virgen del Carmen donde, con un fuerte aplauso, fue depositada en su capilla, en la iglesia, a la espera de salir, el próximo Viernes Santo, si Dios quiere, a la procesión general del Santo Entierro de la Semana Santa Setabense, como lo viene haciendo desde el siglo XVIII, y desde hace 75 años, tras la refundación de la Cofradía.
Y tras todo ello, cumplido el objetivo, con la bendición y la ayuda de la Virgen, se celebró una agradable comida de confraternidad.
Antonio Martín.
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