Desde este sábado, 20 de marzo, se celebrará en la Iglesia del Carmen a las 19.30h el septenario en honor de Nuestra Señora de los Dolores. No habrá ni acto de admisión de cofrades ni intenciones de la Cofradía por cofrades difuntos en los dos últimos ejercicios (se recuperarán en el próximo). El Viernes de Dolor sí que habrá una intención por todos los/as cofrades difuntos. Esperamos la asistencia a este único acto propio de la Cofradía.
Informar que se ha encargado lonas para los balcones con nuestra Imagen. Se deben encargar al cofrade Ximo Tormo.
Creo que es entendible y razonable que, dada la actual situación causada por la pandemia de la COVID-19, determinados actos de la Cofradía no se pueden llevar a cabo porque su desarrollo habitual va en contra de las vigentes disposiciones y recomendaciones sanitarias, y que algunos otros, que sí se pueden realizar, haya que modificarlos para adaptarlos a esas disposiciones y recomendaciones.
ResponderEliminarPero, a título personal, me cuesta entender -pudiendo estar, por supuesto, equivocado- que algunas tradiciones y costumbres de nuestra Cofradía, por las que cabe velar al tenor de sus vigentes estatutos, como por ejemplo que la imagen titular de Nuestra Señora de los Dolores presida en el altar de la iglesia de su sede canónica el solemne Septenario en su honor, y que creo son compatibles con la citada normativa y recomendación sanitaria, no puedan mantenerse este año, por decirlo de alguna manera, diferente.
El desplazamiento de la imagen titular unos pocos metros desde la capilla de la Virgen en la iglesia hasta el altar, con el concurso y participación de pocos cofrades, puesto que la imagen se encuentra encima del trono con ruedas, cumpliendo todas las medidas sanitarias, creo que no supondría incumplimiento.
Respecto a la versión reducida del oficio del Septenario (tan solo un dolor de los siete, canto de Salve y finalización todo ello en unos 5 minutos), entiendo que puede tratarse de una decisión del consiliario que, de acuerdo a los estatutos, debería haber seguido un determinado cauce procedimental,al igual que el hecho de que la imagen titular no presida junto al altar un solemne Septenario en su honor, aunque dada esta difícil coyuntura que dificulta la toma de acuerdos con convocatoria pública presencial, y dado también que como párroco titular de la iglesia le competen todas aquellas cuestiones referidas al uso del templo y la liturgia en el interior del mismo, sólo cabe acatar esta decisión. Sin embargo, opino que a la representación de la Cofradía (y sus cofrades) les asiste el derecho (al tenor de los vigentes Estatutos) a plantear al consiliario, con respeto y educación nuestra discrepancia con su decisión.
Simplemente, como reflexión de un cofrade.
Antonio Martín Llinares